sábado, 9 de noviembre de 2013

Festividad del Sr. de Araró


Esta es una historia que siempre me gusta contar  como me la contaba mi abuelo hoy se las comparto ya que es una de la tradiciones y celebraciones más importantes que atrae a millones de turistas a el Municipio de Zinapecuaro con el sol encima y un largo camino por recorrer, el pueblo de Zinapécuaro, se traslada de su comunidad, a la localidad de Araró para recibir y llevar una singular imagen de Cristo a la que son devotos. 

Sin importar el calor o los obstáculos del camino, marchan fieles y llenos de alegría apresurando el paso para que no los alcance el tiempo y puedan llegar antes de la hora deseada en la que recogen la sagrada imagen del Señor de Araró. 

Sin duda una de las tradiciones que siguen vigentes al paso de los años, es la venida del Cristo de Araró, esta imagen es un legado que los frailes franciscanos dejaron en el municipio de Zinapécuaro, en la comunidad de Araró, misma por la que toma su nombre.

Es un Cristo hecho de una pasta que se hacía de la médula de la caña de azúcar, es del tamaño de una persona de estatura regular y pesa aproximadamente 12.5 kilogramos. La imagen es una pieza de arte que está meticulosamente tallada para resaltar todos y cada uno de los rasgos físicos que forman parte de ella.

La costumbre de la entrada del Señor de Araró comenzó, según una tradición popular, a finales del siglo XVI, cuando la imagen fue encontrada cerca de la comunidad de Araró; ahí se le construyó un santuario y se trasladaba a diferentes poblaciones, primeramente por los frailes franciscanos en dos o tres ocasiones para el buen temporal, entre ellas están la cabecera municipal que es Zinapécuaro, Michoacán, y Acámbaro, Guanajuato; actualmente el Cristo de Araró sólo sale una vez al año y es a la población de Zinapécuaro, la fecha es variada pues depende de la Semana Mayor o Semana Santa, porque sale de Araró el miércoles anterior a ésta.

El traslado total del Cristo de Araró dura dos días, el miércoles y el jueves, el primer día sale de Araró aproximadamente a las 6: 00 de la tarde, después de una misa de despedida; antes de salir del santuario, es colocada en una urna de cristal, vestida con telas finas hechas especialmente para ésta. 

Es muy emotivo ver la imagen que va hacia Zinapécuaro, ya que siempre va custodiada por hombres con farolas que caminan al paso de los cargadores, que son las personas que la llevan en andas; además también es acompañada del pueblo, que desde temprano inician el camino al santuario para en la tarde regresar con ella; algunos van descalzos, otros con pequeñas cruces y están los que se van en camión y se vuelven caminando.

Al llegar a Zinapécuaro, aproximadamente a la medianoche el pueblo está ya listo para recibirlo, las calles son adornadas vistosamente, y se colocan posas donde descansa por uno o dos minutos y sigue su camino hasta llegar a la capilla del Barrio de San Juan, a donde arriba entre las 2: 00 de la madrugada, ahí se queda hasta el jueves. 

En este segundo día se hace una misa a las 10:00 horas para dar paso al recorrido por el pueblo, que dura todo el día, la tarde, la noche y la madrugada haciendo una pequeña pausa en el panteón municipal en la tarde-noche a las 19:00 o 20:00 horas.

Durante todo el recorrido, el pueblo celebra la llegada del Señor de Araró con cohetes, bombas, castillos y todo tipo de juegos pirotécnicos, además de las ornamentas que se hacen con flores naturales, papel, plástico, aserrín o cualquier otro material que sea adecuado para la ocasión. Sencillamente el pueblo se llena de adornos y de turistas de distintos lugares de la República Mexicana y de la Unión Americana que vienen a admirar tan singular tradición,

Finalmente, el Señor de Araró llega a la parroquia de Zinapécuaro entre las 5:00 y 6:00 horas del día viernes, las farolas se colocan a las orillas para hacer una especie de valla; mientras esto ocurre una comisión encargada saca al Cristo de la urna donde viaja y lo coloca en una cruz que está hecha individualmente para la imagen.

Cuando ya está fijo en su cruz, lo llevan cargando por el centro del templo hasta llegar al altar principal, donde permanecerá durante 50 días; al cumplir este tiempo, los fieles de Araró vienen a recoger la imagen y la llevan nuevamente a su santuario, en el que estará hasta que nuevamente llegue el día de su entrada y estancia en el pueblo de Zinapécuaro.

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